Estos productos han sido desaconsejados por estudios independientes, y ya en 2006, el Gobierno colombiano prohibió varios productos de esta empresa por sus efectos farmacológicos. Por otra parte, su catalogación como suplemento dietético evita los rigurosos controles sanitarios que les supondría una catalogación como producto farmacológico, lo que redunda en el desconocimiento que tienen los médicos sobre los efectos de estos productos en el ser humano.
En abril de 2008 fue desaconsejado su consumo en España por sospechas de estar detrás de nueve casos de intoxicación hepática ocurridos en España –entre 2003 y 2007– y 37 en otros países de la Unión Europea, Islandia, Suiza e Israel –entre 1992 y 2006–, aunque las redes de alerta alimentaria española y europea no tienen, hasta el momento, notificaciones de este tipo. Aunque en estos casos de dolencias hepáticas, la relación de causalidad no es fácil de establecer y en algunos casos esta posibilidad es más fuerte que en otros, el Ministerio de Sanidad de España, recomienda que se tomen precauciones al consumir productos de la marca Herbalife, y desaconseja la adquisición de estos productos por canales alternativos que no ofrezcan garantías en cuanto a la procedencia del producto y el control de su proceso de fabricación, pues comprar productos por Internet, correo ordinario o directamente de particulares puede suponer un riesgo.
Por otro lado, estudios del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), han postulado una hipótesis metabólico-nutricional que podría explicar los daños hepáticos observados, no relacionados con el consumo de un producto concreto, sino más bien asociados a un determinado tipo de hábitos de consumo de algunos de estos productos, por lo que recomiendan que en este tipo de productos se incluya un aviso sobre posibles riesgos para la salud asociados a las pérdidas muy aceleradas de peso.
El mismo informe de la AESAN declara que, aunque las hierbas que se declaran en los ingredientes de estos productos son seguras para uso alimentario, o no identificadas como tóxicas –según la listas de plantas publicadas por la EFSA–, existen pocos estudios sobre toxicidad crónica, efectos teratogénicos y en ocasiones las conclusiones que se recogen de los distintos estudios son claramente contradictorias. Con esto, la AESAN pone en manifiesto que aunque de la evaluación individualizada de la toxicidad de los ingredientes que se declaran en las etiquetas, no se justifica la aparición de daño hepático –siempre y cuando sean consumidos a las dosis recomendadas–, destaca la limitada información de que se dispone, que a veces es contradictoria, y que se desconoce posibles efectos sinérgicos entre diferentes principios activos o efectos a largo plazo.
El mencionado informe,10 no descarta que los daños hepáticos estudiados, u otros por detectar, puedan deberse a identificaciones erróneas de las especies botánicas que se emplean, que la concentración de los principios activos sea variable en función de las características ambientales del cultivo, o posibles adulteraciones y contaminaciones químicas o biológicas. En lo que se refiere a la citotoxicidad, se concluyó que la muestra analizada solo presentaba efecto citotóxico a concentraciones muy elevadas, concentraciones que no se alcanzarían nunca, en un consumo normal del citado producto.
Ante tales acusaciones, Herbalife se ha mostrado dispuesto a colaborar con las autoridades sanitarias para el esclarecimiento de los riesgos que se le imputan a sus productos.

http://es.wikipedia.org/wiki/Herbalife